top of page
Logo Proteczone

¡LLAMA AHORA!

Hackeo de cámaras y alarmas: La brecha invisible que expone a las corporaciones

Hackeo de cámaras y alarmas: La brecha invisible que expone a las corporaciones

En 2024, una cadena de tiendas de conveniencia en América Latina sufrió una ola de robos coordinados. Las investigaciones revelaron algo sorprendente: los ladrones no forzaron y si aunque parezca película de acción, sucedió.


Simplemente accedieron al panel principal de las alarmas y desconectaron las cámaras desde adentro, aprovechando que el gabinete de control no tenía candado ni protección física. Según datos de la Asociación Latinoamericana de Seguridad (ALAS, 2025), más del 40 % de los incidentes en sistemas electrónicos ocurren por manipulación local o mal aseguramiento de equipos.

He visto casos similares en México. En una planta industrial del Bajío, un grupo logró ingresar al cuarto técnico donde se concentraban los DVR y paneles de control. En cuestión de minutos, interrumpieron la grabación, desactivaron sensores y dejaron a la empresa ciega justo antes del robo. El sistema no falló por tecnología obsoleta, sino por falta de diseño físico, control de acceso y monitoreo profesional.


Vulneraciones físicas: el hackeo que no necesita computadoras


Cuando hablamos de “hackeo”, muchos imaginan un ataque digital desde otro país. Pero en seguridad electrónica, el hackeo más común sucede dentro del inmueble: un empleado que manipula un sensor, un contratista que accede al panel, o un intruso que corta el cableado. No se requiere software avanzado, basta con conocer las debilidades del sistema.

Otro ejemplo fue el de un edificio corporativo donde los cables de red de las cámaras corrían por ductos abiertos en el estacionamiento. Bastó que un desconocido desconectara un switch para dejar fuera de servicio 15 cámaras. Sin detección inmediata, el apagón duró horas. No fue un ataque cibernético; fue una vulneración física, un hackeo desde dentro.


Cómo blindar tus sistemas contra sabotajes y manipulaciones


La buena noticia es que este tipo de vulneraciones pueden prevenirse con una combinación de diseño físico, redundancia técnica y monitoreo especializado:

  • Gabinetes cerrados y protegidos: los paneles de control, DVR y fuentes deben estar bajo llave, en áreas restringidas con acceso controlado.

  • Monitoreo técnico en tiempo real: un centro de control debe recibir alertas automáticas si una cámara, sensor o grabadora se desconecta.

  • Redundancia energética y de grabación: con UPS (dispositivo que proporciona energía de respaldo inmediata) y almacenamiento espejo, los sistemas continúan grabando incluso si se interrumpe la energía.

  • Cableado oculto o canalizado: evita que los cables queden expuestos a manipulación directa.

  • Auditorías periódicas: revisar integridad de equipos, conexiones y registros de eventos es tan importante como monitorear video en vivo.


En una empresa de manufactura que asesoré recientemente, implementamos un sistema de monitoreo técnico con alertas automáticas cada vez que un equipo pierde conexión o alguien intenta abrir un gabinete. En tres meses, se detectaron seis intentos de manipulación no autorizada. Ninguno pasó de ser un intento, porque el sistema avisó en segundos.

Hoy, el verdadero reto de la seguridad electrónica no es solo detectar intrusos externos, sino proteger los propios sistemas de seguridad. Las cámaras, alarmas y sensores son activos críticos, y si no se blindan adecuadamente, pueden convertirse en puntos de vulnerabilidad.


No todos los “hackeos” provienen de la nube; algunos ocurren justo dentro del cuarto técnico. Consulta hoy mismo a expertos en seguridad electrónica y asegura que tus sistemas resistan, alerten y reaccionen ante cualquier intento de manipulación.


 
 
 

Comentarios


Teléfono

Ubicación

Av. Paseo de las Palmas 239, Lomas de Chapultepec,  Miguel Hidalgo, 1100, CDMX

@proteczone.pt

  • Facebook
  • Youtube
  • Linkedin
  • Instagram
bottom of page