Nueva normativa de telecomunicaciones y vigilancia en México: un reto silencioso para la seguridad electrónica corporativa
- ProtecZone
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En junio de 2025, la Global Network Initiative (GNI) advirtió que las nuevas leyes mexicanas de telecomunicaciones podrían ampliar los alcances de la vigilancia estatal y privada, afectando la forma en que las empresas manejan datos biométricos y videograbaciones (GNI, 2025).
La noticia no solo despertó un debate político, sino también una reflexión dentro del sector de la seguridad electrónica corporativa: ¿están las empresas listas para cumplir con nuevas obligaciones de privacidad y trazabilidad? He participado en auditorías y proyectos donde, más allá de la tecnología, lo que falta es una comprensión real del entorno legal.
Cumplir con la ley ya no es opcional
Las normas actuales exigen que las empresas que manejan información visual, biométrica o de geolocalización puedan demostrar control sobre el ciclo completo del dato: desde su captura hasta su almacenamiento y eliminación. Esto incluye cámaras con registro de acceso, control de usuarios en sistemas, auditorías y tiempo mínimo de conservación de grabaciones.
He visto empresas con tecnología de punta que, sin embargo, incumplen estándares básicos de protección por no integrar políticas internas de tratamiento de datos. En el contexto actual, esto puede derivar en sanciones, pérdida de contratos o afectaciones reputacionales. La seguridad electrónica, por tanto, ya no puede ser vista como un departamento aislado, sino como parte esencial del cumplimiento empresarial.
El nuevo equilibrio: protección física con responsabilidad digital
La convergencia entre seguridad y tecnología ha hecho que cada cámara o control de acceso sea también un nodo de información. Esto plantea una dualidad compleja: el mismo sistema que protege físicamente puede vulnerar derechos si no se gestiona con responsabilidad. Y aunque las leyes buscan proteger la privacidad, también colocan un peso considerable sobre las empresas, que ahora deben invertir no solo en equipos, sino en gobernanza de la seguridad. Se trata de entender que la trazabilidad y la ética del dato son parte del nuevo estándar de seguridad.
El entorno normativo en México avanza más rápido que muchas implementaciones tecnológicas. Las empresas que no actualicen sus protocolos corren el riesgo de quedar fuera de cumplimiento antes de notarlo. La seguridad electrónica ya no se mide por cámaras o alarmas instaladas, sino por qué tan bien se administra la información que generan.
¿Está tu empresa equilibrando correctamente la protección física con la responsabilidad digital? Te invito a reflexionar: ¿tus protocolos de seguridad electrónica están realmente preparados para cumplir con las nuevas exigencias de privacidad y trazabilidad? Comparte tu experiencia en los comentarios.



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